lunes, 25 de junio de 2007

EL AMOR ES EL QUE SANA...


El Amor es el que Sana ¿Por qué es tan importante el amor en la sanación? Simplemente porque es lo más significativo en la vida humana. El amor auténtico debe darse libremente, con absoluta libertad de elección. El amor no puede darse como una responsabilidad por cumplir. Resulta inoperante el que se nos «fuerce» a dar amor a otro (cosa, por lo demás, imposible). Esa libertad para amar es lo que hace que valga la pena gozar del libre albedrío, aun corriendo el riesgo de usarlo mal, porque cuando elegimos amar, el amor se hace enormemente significativo, ya que procede de nuestra esencia más profunda, fuente de toda libertad. Desde allí podemos amar, logrando que los otros lo puedan sentir tan profundamente que repercuta en el estado físico. Hay una fisiología del amor: no es sólo una experiencia emocional, sino una experiencia que afecta a todo el cuerpo.

La sanación a través del amor se puede emplear también como la forma de reconsiderar nuestras propias vidas. Parece que cada uno de nosotros hubiéramos nacido no sólo con una cierta morfología física, sino también con un anteproyecto psíquico, intelectual y espiritual. Cuando nos desviamos de ese modelo interno, a menudo hace falta una enfermedad psíquica o física para traernos de nuevo a nuestra verdadera ruta. Como si alguien nos dijera: “¡ Cuidado ! No estás siendo lo mejor que podrías ser. Vuelve a tu camino”Hay veces en que nos resulta difícil encontrar el camino de regreso y es entonces cuando necesitamos ayuda. Necesitamos a alguien que sea lo suficientemente amable, pero también dispuesto a darnos un empujón para que nos movamos. En terapia eso lo llaman confrontación. Confrontarnos con nosotros mismo, aunque a veces parezca ser un poco doloroso. Si escucháramos a nuestro ser interior, nos diría: «Pon atención. Haré que te duela un poco ahora, para que despiertes.» Por esa razón, a veces el dolor no es mas que «la orden de reajuste que envía Dios». En ocasiones, es lo único que hace que la gente cambie.


Por supuesto, son muchos los factores externos que pueden contribuir a que nos salgamos del camino adecuado - condicionamientos producidos por la familia, presión del ambiente escolar y social - pero volver al camino implica siempre encontrar la mejor forma de compartir amor con el mundo. Todos tenemos nuestra propia manera de expresar amor; si la descubrimos, viviremos más tiempo, gozaremos de mejor salud, disfrutaremos más de la vida y recibiremos también más amor de los otros.


Curar no siempre es posible. El sida y el cáncer nos lo recuerdan. Hace cincuenta años, la tuberculosis arrasó con muchas vidas. En los próximos cincuenta años aparecerá, sin duda, alguna otra enfermedad que se resistirá a cualquier tratamiento. El hombre seguirá siendo mortal, y seguirá habiendo enfermedades incurables; pero también habrá mayores posibilidades de curar las ya existentes.


Pero el amor, existe y es desde siempre, y su fuerza de sanar es genuina... Gracias a Dios tenemos ese gran remedio llamado AMOR... no te olvides de tomar tu dosis diaria...



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